La edad y la genética afectan al envejecimiento, lo que provoca una degeneración del tejido cutáneo.
El envejecimiento de la piel es un proceso biológico inevitable provocado por la suma de una serie de factores tanto genéticos como ambientales, que con el tiempo conducen a una pérdida progresiva de la función y estructura cutánea. El fotoenvejecimiento por su parte es debido a las modificaciones ambientales externas o exógenas debido a factores como la exposición al sol, el tabaco, las altas temperaturas, la nutrición, el estrés, la falta de sueño y la contaminación ambiental. Estos factores desencadenan procesos moleculares que dañan la estructura de la piel, dando lugar a una apariencia envejecida.
Además, se ha demostrado que actúan juntos o por separado, potenciando el proceso de envejecimiento que conduce a diferentes manifestaciones. Dentro del espectro de radiación solar, la radiación UVA es una de las principales responsables de este proceso al estimular las MMPs, entre ellas la colagenasa. El resultado es un deterioro tanto del colágeno como de la elastina, así como de otros componentes de la matriz extracelular.
En resumen, el envejecimiento de la piel es el resultado del daño acumulado por el estrés oxidativo que puede perjudicar a su estructura y función.
Por estos motivos, es importante llevar un estilo de vida saludable para prevenir y reducir al máximo los daños que derivan de esta serie de agresiones externas, siendo fundamental la que siempre les repito, que diariamente se utilice protector solar con muy alta protección y de amplio espectro, incluso para luz azul (pantallas), junto a un tratamiento antioxidante.
Actualmente la tendencia es emplear el término proaging cuando nos referimos a los tratamientos antienvejocimiento (antiaging). Esto engloba a todas las personas que están preocupadas por la salud y belleza de la piel a partir de los 30 años, momento en el que comienzan a aparecer arrugas, flacidez, falta de luminosidad, cambios vasculares y alteraciones de la pigmentación. El objetivo del proaging es evitar es envejecimiento prematuro de la piel y mejorar los signos mencionados. Características diferenciales: A nivel de la epidermis: aparecen finas líneas de expresión, piel rugosa, textura irregular con imperfecciones, falta de luminosidad, hiperpigmentación y manchas seniles. La piel se vuelve más seca, sensible y es más susceptible a la pérdida de la función barrera. A nivel de la dermis: se forman las arrugas profundas y aparece flacidez y falta de elasticidad. Con el paso del tiempo se reduce el número de fibroblastos y la dermis se caracteriza por su atrofia debida a la pérdida de colágeno, degeneración en la red de fibras elásticas y pérdida de hidratación.
Ok pero ¿y las arrugas? Se producen por alteraciones a nivel dérmico, por ejemplo, en la frente, entrecejo, patas de gallo, párpados y surcos nasogenianos.
Se clasifican en Arrugas de expresión, si están ligadas a contracción muscular repetida; arrugas cronológicas, arrugas fotoinducidas, y arrugas metabólicas debidas a la oxidación, glicación; fosforilación de las proteínas.
Arrugas dinámicas, son las arrugas en formación y son fácilmente observables cuando se realiza algún movimiento, por ejemplo, cuando reímos o fruncimos el entrecejo. Aparecen en la comisura de la boca y arco cigomático. Se corresponden con un envejecimiento moderado.
Para pautar el tratamiento más adecuado en cada caso, es necesario su clasificación en grupos, en base a la edad aparente y no a la cronológica.
Grupo 1. Envejecimiento leve. Se engloba a las personas que presentan un fotoenvejecimiento temprano que no manifiestan arrugas profundas, sólo finas líneas de expresión. Es frecuente la presencia de acné o melasma: La dad aparente se correspondería con 20 a 30 años. Grupo 2. Envejecimiento moderado. Se trata de un fotoenvejecimiento moderado. Las arrugas están en formación, son visibles en movimiento y no en reposo. Comienzan en la comisura de la boca y arco cigomático. Aparecen los cambios pigmentarios y la alteración de la elasticidad al pellizcamiento. La edad aparente se correspondería con 30 a 45 años. Grupo 3. Envejecimiento avanzado. Las personas de este grupo presentan un fotoenvejecimiento avanzado. Las arrugas ya son visibles en reposo y hay hiperpigmentación evidente y flacidez. La edad aparente se correspondería con 45 a 60 años. Grupo 4. Envejecimiento severo. En este grupo estarán las personas con fotoenvejecimiento severo. Las arrugas son generalizadas en rostro, cuello y escote. Son visibles manchas solares y alteraciones vasculares. Se reduce el espesor dérmico y aparece flacidez. El color de la piel se vuelve amarillenta-grisácea. La dad aparente sería de más de 60 año¡s.
¿Sabrías identificar a cuál perteneces?
SOLUCIONES COSMÉTICAS PARA EL ENVEJECIMIENTO Nuestro objetivo es detener la degradación de colágeno, elastina y ácido hialurónico de la piel, así como evitar el daño de los radicales libres en las estructuras cutáneas. De esta manera, usaremos retinoides, hidroxiácidos, vitamina C y péptidos que sabemos que aumentan la síntesis de colágeno. Los retinoides, también, aumentan la producción de ácido hialurónico y elastina. En función de las necesidades, en cada caso, seleccionaremos ingredientes cosméticos adecuados. El primero es el fundamental y tiene como objetivo la protección, el segundo es el de la transformación epidérmica y el ultimo el de la estimulación dérmica. En cualquier caso, el tratamiento debe adaptarse a las necesidades específicas de cada persona. Ingredientes cosméticos: Los AHAs, PHAS y los retinoides van a mejorar el aspecto de las líneas de expresión, la piel rugosa, las impertecciones, la falta de luminosidad, las alteraciones de la pigmentación y, en pieles más maduras, las manchas seniles. Además, la acidez de las fórmulas cosméticas con hidroxiácidos puede beneficiar al equilibrio de la función barrera de las piles maduras, que con el paso del tiempo y sometidas alexposoma, se vuelven más alcalinas. Aquí podemos incluir los despigmentantes como la niacinamida, ácido tranexámico, ácido azelaico, ácido kójico, ácido fítico, rucinol, arbutina y extractos como el de regaliz, entre otros muchos. Ceramidas, niacinamida y ácido hialurónico combinados son eficaces, mejorando la función barrera de la piel, evitando la pérdida de agua transepidermica y la sequedad cutánea. Para conseguir mejorar las arrugas profundas y la flacidez, añadiremos a la rutina con retinoides y AHAs, factores de crecimiento, péptidos, ácido hialurónico hidrolizado. La prevención la realizaremos con antioxidantes, como la vitamina C, el ácido ferúlico, la vitamina E, superóxido dismutasa o resveratrol, entre otros.
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